En Plena Naturaleza
Nuestra casa se encuentra localizada a una distancia ideal de la costa del Cantábrico, así como de las montañas del valle del Asón, el valle del soba y del valle de Carranza. Su localización te ofrece la oportunidad de conocer esta bonita región con rutas tanto a pie como en bicicleta de carretera y de montaña.
En la casa podrás disfrutar de un lugar adosado a la casa para guardar las bicicletas bajo llave, liberando las salas de estar de la casa. La casa os ofrece además, las herramientas básicas para hacer reparaciones sencillas o ajustes en la bicicleta. Cuenta también, con una zona con manguera, líquido desengrasante, lubricante y un limpiacadenas para uso de los huespedes.
Rada es una pequeña localidad del municipio de Voto situada en las cercanías del Parque Natural Marismas de Santoña, Victoria y Joyel. Esta privilegiada ubicación permite disfrutar tanto de playa, desplazándose a las localidades costeras de Laredo o Santoña (ambos a 15 minutos en coche), como del monte.
Este entorno permite realizar una multitud de actividades de ocio para los amantes de la naturaleza y el deporte, como la pesca (los aficionados tienen cerca los ríos Clarín y Clarión), piragüismo, senderismo e incluso ciclismo, un deporte muy practicado en esta zona con muchas rutas alrededor.
El otoño y la primavera son épocas especialmente interesantes para alojarse en Rada, ya que coinciden con la migración de las aves. No puede faltar la visita al Centro de Interpretación del Parque Natural, situado en el singular edificio acristalado del «Mirador de las marismas», que permite una espectacular vista panorámica del paisaje.
Rutas en bicicleta
Para los amantes de la BTT, debéis saber que en esta región se ha celebrado el Campeonato de España máster 50 con un recorrido que ha sido catalogado por muchos de los participantes como uno de los más exigentes y bellos de los últimos años. ¡Podéis intentar completarlo, sería todo un desafío!
Para los amantes del asfalto y las bicicletas de carretera, a continuación tenéis algunas sugerencias de rutas. Si queréis obtener la ruta en formato GPX para modificarla, solo tenéis que pedírnosla y os la enviaremos lo antes posible. También podemos recomendar zonas con un gran interés ciclista en Cantabria que merece la pena conocer, especialmente si venís desde lejos.
La Torrentera – La bien aparecida (Campo el Hayal) – La Torrentera
Ruta suave y amable, que no requiere mucho tiempo. Se asciende al puerto de La bien aparecida, también llamado Campo el Hayal (es lo que veréis en el letrero al conquistarlo). Se puede hacer por cualquiera de sus dos vertientes. Personalmente, me gusta más subirlo por Bueras y bajar por La Bien Aparecida hasta Udalla. Ambas opciones son hermosas y ofrecen vistas espectaculares en días soleados.
- Ascensión a la Bien aparecida desde Bueras.
Se trata de un puerto bien asfaltado, con zonas boscosas que brindan sombra y un paisaje más abierto en la zona cerca de la cima. Pasarás por una cantera y algunos pueblos con ganado ovino y vacuno. El tráfico es casi inexistente y la carretera está en excelente estado. Esta ruta es uno de los lugares menos conocidos de Cantabria, quizás porque está apartado y la subida más clásica a La Bien Aparecida se encuentra en la otra vertiente.
La subida no es muy exigente, es agradable y las vistas de las praderas verdes y los bosques frondosos harán las delicias de los amantes de la naturaleza. Después de un esfuerzo inicial en los primeros dos kilómetros al 7%, hay un pequeño descenso que permite estirar las piernas y disfrutar del paisaje. A partir del kilómetro 4, la subida vuelve a ser progresiva hasta el último kilómetro, donde las pendientes se suavizan.
- Ascensión a La Bien Aparecida desde Udalla
Apunte histórico: Refieren las crónicas que, a principios del siglo XVII, existía en aquel lugar una pequeña ermita dedicada a San Marcos; y también que el 15 de septiembre de 1605 encontraron en una de sus ventanas una pequeña imagen de la Virgen. Nadie supo jamás la historia previa de aquella talla. Sólo se conoció que los lugareños la recogieron de aquella ventana y la depositaron reverencialmente en el interior de la ermita, y que, desde entonces, cada vez más gente acudía a aquella ermita para orar a María ante aquella imagen.
Cuenta también la historia que, poco antes de que hallasen la imagen mariana en la ermita de San Marcos, había (y sigue estando) una talla muy parecida en el barrio colindante de Marrón; es la Virgen de la Mar. Dice asimismo la historia que un lugareño, llamado Rodrigo de Ungos, acudió a dar gracias a la Virgen de la Mar por los favores recibidos y que, al ver esta imagen en mal estado, con buena voluntad, la llevó a restaurar, pero, por modestia y con poco tino, no lo refirió a nadie.
Aconteció entonces que, al mismo tiempo que los vecinos de Marrón, desconocedores de lo acontecido, buscaban su desaparecida imagen, se encontró aquella otra talla en la ermita de San Marcos; lo cual ocasionó un fuerte conflicto, puesto que los vecinos de Marrón porfiaban en que esta última era la suya, y exigían su restitución.
Aquella disputa dio paso a un pleito, que duró hasta que, el buen Rodrigo de Ungos, al devolver la Virgen de la Mar ya restaurada y percatarse del desaguisado que generó su proceder, pidió perdón y aclaró que la imagen hallada en la ventana de la ermita de San Marcos era otra y distinta a la que él cogió para restaurar; por lo que los vecinos del entorno de la ermita pudieron afirmar lo que, sin duda alguna, quedó demostrado: que su imagen «no era robada, sino aparecida y… ¡bien aparecida!»; de ahí el nombre de la imagen.